La agencia de calificación de riesgo Fitch espera que el ratio de morosidad del sistema bancario argentino continúe subiendo y para el 2022 puede alcanzar una cuota que estaría entre el 6,5 y el 8% del crédito en vigor.
Estos niveles en la región, llevan a la industria de la cobranza a prestar atención. Analizando las razones, nos encontramos:
La reducción de ingresos por las dificultades económicas que la pandemia arrojó.
La adecuación forzosa de las estructuras operativas vinculadas a la cobranza.
Muchas áreas de cobro, tales como call centers, operaron con sus equipos en una modalidad online, utilizando parte de la infraestructura propia de cada empleado y requiriendo grandes esfuerzos en monitoreo de productividad para garantizar funcionamiento.
Se señala que estas áreas de cobro también presentaron dificultades para sostener o generar planes de pago.
Si bien la situación económica ha comenzado a generar auge, viendo cómo se han abierto negocios, locales comerciales también mejoraron la adopción del canal de pago digital, lo que sugiere que el escenario de ingresos no tiene ganas de volver a la realidad pre pandemia. La industria de la cobranza va a hacer mucho más que cobrar, va a entender un mercado y flexibilizar.
